Hipster







    Texto    |    Mónica Oblitas
    Ilustración    |    Gastón Calbimonte
    Fotos    |    Archivo
Identidad  |   Los hipsters se destacan por intentar marcar un sello individual en su personalidad y tratar de estar fuera de la moda, lo que justamente los identifica como grupo o tribu. Son una corriente silenciosa, una tendencia que no quiere ser tendencia, pero que ya se instaló en el estilo de vida de muchos.
Aunque el término que los identifica no es reciente, es ahora que empiezan a hacerse conocer como parte de un segmento social muy peculiar: los hipsters, una generación de jóvenes nacidos en los '80, que vendrían a ser los hijos de los yuppies y los nietos de los hippies.

El término hipster se acuñaba ya en la década de los ‘40.  Paul Douglas Lopes en su libro 'Rise of a Jazz Art World' explica que en los años dorados del jazz a sus intérpretes y seguidores se les empezó a llamar hipsters. El primer diccionario en listar la palabra hipster fue el pequeño glosario 'For Characters Who Don't Dig Jive Talk' (Jive se refiere a la jerga de los músicos de jazz), publicado en 1944 con el álbum Boogie Woogie In Blue del pianista Harry Gibson, quien actuó como Harry el Hipster. La entrada para hipsters los definía como "personas que gustan del hot jazz". Este pequeño glosario fue repartido en los conciertos de Gibson por unos cuantos años. No era un glosario completo de la jerga del jazzista, sólo incluía las expresiones encontradas en la letra de sus canciones.

Los hipsters originales eran seguidores de los creadores de la bohemia, relacionados con la cultura gitana, y tenían un modo de vivir con una escala de valores diferente a la de la sociedad burguesa. Imitaban a los negros jazzeros en su forma de vestir, en su humor sarcástico, la jerga, la actitud relajada, la pobreza autoimpuesta y la libertad sexual. Todo ello sumado a una ideología de izquierda que causó un gran impacto en su momento.

Cuando estos hipsters envejecieron inventaron el entonces peyorativo hippie para referirse a los jóvenes que tomaron la posta. De los hippies se pasó a los yuppies (jóvenes profesionales, de posición social y económica elevada) y ahora retornan nuevamente los hipsters, que, en menos grado, se destacan entre las tribus urbanas de la actualidad.

A inicios de los '90 se retomó el término, esta vez para describir a los seguidores del naciente movimiento de rock indy y alternativo y como una consecuencia a lo que fueron los movimientos slacker y grunge.

Wikipedia tiene una definición para los hipsters: "El termino hipster, original de la década de los años 40, comenzó a ser usado para describir a adultos jóvenes, bien educados y urbanos de clase media y alta con puntos de vista izquierdistas o liberales y sociales e intereses no predominantes en moda y estética cultural. En vida cultural, la escena del hipster se asocia a menudo con la música alternativa, cine independiente y otros productos no representativos de la mayoría social".

Los hipsters se parecen mucho a lo que en los '90 se conocía como "alternativos", pero le suman la tecnología. Tienen blogs, bajan música por Internet, participan de YouTube, se suman a My Space, van por la bohemia conectados a su iPod y con un celular último modelo.

Para reconocerlos o reconocerse
El look del hipster está balanceado entre el del nerd y el del yuppie, y de hecho puede ser aceptado en cualquiera de estos ámbitos. El hipster combina el intelectualismo de unos con  la imagen popular de los otros.

Frente a los hip-hoperos, seguidores pop y raperos que fetichizan la moda y hacen de la opulencia un rasgo, los hipsters idealizan la precariedad, como el reflejo de una vida bohemia y desinhibida, opuesta a la superficialidad. Es común ver que los hipsters encuentren su indumentaria entre la ropa usada o en los saldos.

El arreglo personal, respecto al corte de cabello, es también básico. El estilo debe ser limpio pero casual, con cortes convencionales casi sin peinar. El corte de pelo es una forma de llevarle la contra a los estilos distintivos de las otras tribus urbanas como son las rastas, los cortes rapados o los penachos punk. Llevar el cabello sin peinar sirve para indicar el rechazo a los convencionalismos del resto de la sociedad.
Lentes oscuros y el accesorio imprescindible, las mochilas o bolsas de tela, son distintivos de los hipsters. En ellas se pueden cargar desde libros y revistas hasta laptops, cámaras digitales o implementos de dibujo, ya que generalmente el hipster auténtico tiene algún tipo de inclinación artística.

En el aspecto de la salud, los hipsters también tienen un estilo diferente. Por su nivel cultural, un hipster está consciente del daño que hacen el tabaco, el alcohol o las drogas, por lo que los evita y no fomenta su uso, a diferencia de otras tribus urbanas. De hecho, los hipsters más comprometidos tienen hábitos vegetarianos, ya sea por convicciones de salud o por apoyo a los derechos de los animales.

Por su perfil cultural, los hipsters no suelen frecuentar bares y prefieren las cafeterías. El café es la bebida hipster por excelencia porque, al contrario del alcohol, no es relajante, sino estimulante y además fomenta el arte de la conversación.

Pero aunque tienen costumbres saludables, los hipsters no van al gimnasio ni hacen ejercicio obsesivamente porque rechazan la superficialidad derivada de los cuerpos perfectos en la publicidad y los medios. 

En la mente del hipster
Los hipsters son una tendencia distinta a la de las otras tribus urbanas porque no surgen como una rebelión hacia lo establecido, sino que más bien lo aceptan abiertamente.

La subcultura hipster es ante todo una tendencia intelectual y artística, aunque también puede considerársela como una especie de activismo social moderado y totalmente apolítico. Es un movimiento postmodernista, que tiene una particular tendencia a rescatar ideas y modas pasadas, para descontextualizarlas, reinterpretarlas y aplicarlas a las tendencias actuales. Los hipsters se precian de tener gustos, actitudes y opiniones que se califican como sofisticadas y vanguardistas.

Sin embargo, como ocurre con muchas tribus urbanas y tendencias subculturales, la etiqueta de hipster puede ser utilizada tanto en términos de identidad como de forma peyorativa, pero a diferencia de otras tribus urbanas como los punks o los emos, esto no es motivo de incordia en los hipsters que toman el término más con cinismo personal que con orgullo de grupo, pues justamente lo que quieren es mantenerse al margen de las identidades grupales. Los códigos de los hipsters no son tan estrictos como los de otras tribus, porque su intención no es desmarcarse del resto de la sociedad, es más, muchos no reconocen que son hipsters hasta que alguien se los dice o descubren de qué se trata.

La aspiración de los hipsters es llevar un estilo de vida lo más bohemio posible para dedicarlo a disfrutar de las actividades creativas que realmente les interesan. Para ellos el trabajo es un mal necesario, generalmente reservado a las masas urbanas y si bien un hipster no le huye al trabajo, no significa que necesariamente lo acepte.

Y en cuanto a la actitud, los hipsters fomentan una personalidad relajada e indolente, pero sin lugar a poses demasiado forzadas. Puede que el hipster no esté de acuerdo con la sociedad, pero no se escapa de ella porque sabe que tarde o temprano hasta las ideologías más radicales terminan siendo parte del 'establishment'. Por ello, la visión de los hipsters está también revestida de sarcasmo e ironía. No se asocian con ninguna religión organizada y son usualmente ateos o agnósticos, aunque algunos abrazan religiones emergentes. Con gran frecuencia los hipsters se involucran también en la organización de eventos culturales alternativos y la participación activa en redes sociales por internet.

En 2003, el libro de humor satírico de Robert Lanham The Hipster Handbook afirmó que los hipsters son gente joven con "... cortes de pelo mop-top, meciendo viejos libros de bolsillo, hablando por teléfono celular, fumando cigarrillos europeos, ... pavoneándose en zapatos de plataforma con una biografía del Che Guevara asomándose por sus bolsas".
Aunque para algunos la ideología hipster es vista como una pose arrogante y pretenciosa, lo cierto es que un verdadero hipster actúa por convicción y las etiquetas peyorativas (o admirativas en el otro extremo) no les afectan. Eso es lo que al final los distingue de aquellos que buscan imitar el estilo simplemente por moda. (Con datos de El Mercurio, Wikipedia, The Hipster Hand Book)
Hipsters famosos
La más notoria expresión artística hipster es el cine independiente. Algunos de los cineastas favoritos del sector incluyen a Quentin Tarantino, Richard Linklater, Vincent Gallo, Sofia Coppola, Spike Jonze y Wes Anderson.

La subcultura hipster reconoce también a tres actores en particular: Christina Ricci, Bill Murray y Tora Birch, los cuales han interpretado personajes en pantalla muy representativos de la imagen y actitud del sector.

A nivel de artes gráficas, el sector hipster tiende a darle preferencia al estilo derivado de fanzines y cómics alternativos. Algunos de los exponentes más notorios son ilustradores y diseñadores como Mike Allred, Sho Murase, Adrian Tomine, Evan Dorkin y Andy Warhol.

En la música los mayores exponentes y guías espirituales de lo hipster incluye a intérpretes y bandas alternativas como Beck, Ben Folds, They Might Be Giants, Elliott Smith, los Pixies, Sigur Ros, Pulp, Radiohead y Björk.
Algunos estereotipos
Los hipsters suelen tener ideologías progresistas o anticapitalistas. Esto podría ser tan concreto como unirse a filosofías socialistas o simplemente ser un militante de cierto partido político. Socialmente, esto significa apoyar derechos de la mujer y los homosexuales, también por que un estereotipo del hipster puede ser ambiguo o bisexual, desafiando al estilo de vida burgués. También hay hipsters liberales libertarios y anarquistas.

El conjunto estético tiene elementos de una cultura liberal. El modo de vestir del hipster en un contexto moderno revela un deseo de "consumir éticamente", evitando adquirir la ropa de marcas de corporaciones acusadas de injustas condiciones de trabajo como Nike o Gap, esto usualmente se manifiesta rehusándose a comprar artículos de grandes multinacionales, pero puede extenderse hacia una preferencia por bandas sin firma con los grandes sellos o que no aceptan el empleo de su música para campañas publicitarias.

La irónica estética hipster es comúnmente asociada con la apropiación de elementos de la cultura de la clase trabajadora, así la Sitcom Three's Company de los 70, puede ser disfrutada como una moda irónica. Similarmente, elementos asociados a un sentimiento de cliché con la clase obrera como sombreros de transportista o bigote pueden ser sarcásticamente usados por un hipster. Las personas de los años 70 y del movimiento punk rock de los 80 parecen odiar de manera unánime a los hipsters" a los cuales ella define como gente vistiendo "modas alternativas caras", yendo al "último, mejor y más actual bar, oyendo a los grupos más nuevos". Thompson sostiene que los hipsters "... no parecen inclinarse por una filosofía en particular o un género particular de música". En lugar de eso, ella "son mercenarios del estilo" que toman cualquier cosa que sea popular y con 'estilo', apropiándose del 'estilo' de movimientos contraculturales pasados como el punk y descartando todo por lo que éste luchó. Christian Lorentzen de Time Out Nueva York afirma que el metrosexual es la apropiación hipster de la cultura gay.

Pero para Lorentzen, el hipster moderno bebe de la cultura underground con una pesada dosis de ironía e hipocresía: "Sus estéticas son asimiladas -canibalizadas- en un repertorio de cosas sin sentido, de la cual el hipster puede construir una identidad a la manera de collage o un playlist barajado en un iPod". Cualquier connotación ideológica queda descartada dejando únicamente apariencia y pose. Así la ironía podría verse por algunos como una excusa para la hipocresía. 







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