Pasión por los Objetivos
Pasión por los Objetivos
La dedicación de los líderes de todos los tiempos para el logro de sus objetivos es casi obsesiva, pues tienen una clara definición de lo que quieren y a pesar de la turbulencia y los obstáculos mantienen una firme determinación hasta alcanzarlos. La razón de que los deportes ejerzan tanta atracción y motivación a las personas es que en todos hay marcas que lograr.
La dedicación de los líderes de todos los tiempos para el logro de sus objetivos es casi obsesiva, pues tienen una clara definición de lo que quieren y a pesar de la turbulencia y los obstáculos mantienen una firme determinación hasta alcanzarlos. La razón de que los deportes ejerzan tanta atracción y motivación a las personas es que en todos hay marcas que lograr.
Así, por ejemplo, el golfista compite con el par de campo, con sus compañeros y con él mismo, en cada hoyo le marcan el objetivo deseado y visualiza los obstáculos a vencer.
En materia de liderazgo hay que entender que "triunfar no es lo más importante, es lo único", como anotaba Alejandro Dumas: "Nada triunfa como el triunfo". Ganar en cualquier actividad que se realice depende básicamente de una consagración absoluta a una meta bien definida. Se critica a menudo al ejecutivo que logra triunfar. Sin embargo, a través de la historia, los seres humanos que pudieron destacar, en cualquier campo ya sea en las artes, medicina o los negocios, fue porque tuvieron una apasionante entrega en lo que hacían.
Así, la vida no puede dividirse en algo tan simple como trabajar y descansar; el ser humano obsesionado por alcanzar una meta, aun cuando se aleje momentáneamente de su actividad principal inconscientemente, seguirá buscando las respuestas adecuadas a los desafíos que enfrenta. Si usted se plantea sus objetivos por escrito para alcanzar cualquier cosa en su vida y los pone en lugar visible para que todos los días obligatoriamente tenga que leerlos, en su mente irá ocupando un espacio prioritario y llegará el momento inevitable en que los logrará.
Atrévase a realizar la siguiente práctica por roles: trabajo, familiar, pareja, social y personal; señálese un solo objetivo a lograr los próximos 12 meses, escríbalos en cinco tarjetas, una para cada rol y cada vez que entre en contacto con cada una de las áreas especificadas (trabajo, familia, social, pareja y personal), reléalas y prográmese en lograr la meta deseada.
Le sorprenderá la velocidad con la que va a avanzar y cuando se enfrente a obstáculos vuelva a leerlos, le aseguro que el camino no será por ese simple hecho más fácil pero sí, menos difícil. La administración por objetivos que desarrolló originalmente Peter Drucker ha tenido serios obstáculos como lo demuestra un estudio reciente de la revista Fortune que mostró que menos del 10% han encontrado un alto éxito en la utilización de esta técnica y la razón fundamental es por las distracciones y obstáculos que obligan a los ejecutivos a apartarse de sus planes originales.
Por supuesto, para justificar su fracaso en alcanzar las metas señaladas, los ejecutivos en cuestión se escudan en los imprevistos, pero si estuvieran obsesionados del resultado a lograr detonarían todo su potencial creativo y lo lograrían a pesar de las dificultades.
Lo que hay que incrementar en nuestros actuales líderes es la habilidad para manejar las distracciones y aumentar su motivación para alcanzar los objetivos. Es real la excusa de no lograr lo señalado por falta de recursos, pero hay que tomar en cuenta que éstos no se obtienen por la vía formal de una organización, sino hay que recurrir a la persuasión, la ayuda mutua y la negociación para lograr lo deseado; se requiere la inteligencia social para tener éxito, ésta es la habilidad de lograr la cooperación y la buena voluntad de la gente.
Difícilmente se puede lograr algo basado únicamente en la autoridad, al menos algo que requiera alta calidad. En consecuencia, el ejecutivo que confíe ciegamente que todo lo va a lograr con base en la estructura de una organización formal (el debe ser), sin tomar en cuenta la interdependencia y la buena voluntad de la gente, seguramente fallará.
Es como si un gerente de producción intenta realizar un producto con oportunidad y alta calidad, y no toma en cuenta al departamento de abastecimiento para que le provea a tiempo de la materia prima adecuada y no motiva a su personal para que haga un trabajo de acuerdo con las normas establecidas y con el cuidado requerido, y solamente confía en el hecho de que por ser la autoridad, los demás van a cumplir sus deseos al pie de la letra.
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