Los Tres Cerditos





Resumen del cuento:
Tres cerditos hacen sus casas, pero para tardar menos y jugar, los dos primeros las hacen de paja y maderas, mientras el mayor se esfuerza más y la hace de ladrillo.
Cuando llega el lobo, soplando tira las casas del primero y luego del segundo, que se refugian en la del tercero. Como no puede tirar la última casa soplando, trata de entrar por la chimenea, pero los cerditos preparan un caldero y el lobo huye abrasado.


Texto original:

Este cuento es un cuento popular que no tiene una versión original clara y definida. Algunos de los cuentos de Perrault y los hermanos Grimm son similares, aunque ninguna es una versión oficial de este cuento que ayudó a popularizar disney en los años 30. esta que sigue es una versión un poco más desarrollada extraida de wikipedia
Había una vez tres cerditos que eran hermanos, y se fueron por el mundo a buscar fortuna. A los tres cerditos les gustaba la música y cada uno de ellos tocaba un instrumento. El más pequeño tocaba la flauta, el mediano el violín y el mayor tocaba el piano...
A los otros dos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la obra, cada uno construyendo su casita.
- La mía será de paja - dijo el más pequeño-, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad. Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.
El hermano mediano decidió que su casa sería de madera:
- Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores, - explicó a sus hermanos, - Construiré mi casa en un santiamén con todos estos troncos y me iré también a jugar.
El mayor decidió construir su casa con ladrillos.
- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias.
Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el problema. De detrás de un árbol grande surgió el lobo, rugiendo de hambre y gritando:
- Cerditos, ¡os voy a comer!
Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo, pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y en la puerta aulló:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja se vino abajo. El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano mediano.
De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos corrieron a refugiarse en la casa de ladrillo del mayor.El lobo estaba realmente enfadado y hambriento, y ahora deseaba comerse a los Tres Cerditos más que nunca, y frente a la puerta bramó:
- ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré! Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno
Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no conseguía su propósito. Decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos. Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo hacia el lago
Los cerditos no le volvieron a ver. El mayor de ellos regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en peligro sus propias vidas.


Análisis de sus Valores
Lo mejor del cuentoLo menos bueno
La moraleja es excelente.
Los cerditos utilizan su propio ingenio.
No es violento (el "malo" no acaba muriendo)
El lobo se muestra como ser maligno sin solución

Valoración

Es un cuento original y creativo, con una moraleja perfectamente válida hoy en día. Fomenta en un mismo cuento el trabajo planificado y bien hecho, junto con el ingenio para resolver los nuevos problemas según surgen. Un clásico con el que todos aprendimos que antes de la diversión es la obligación.




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