El viejo nariz de cobre

 

Entre 1544 y 1551, Inglaterra vivió uno de los más lamentables episodios de su historia económica debido a la desmedida ambición del rey Enrique VIII, durante un periodo que se conoció como el Gran Envilecimiento.

Por aquellos años, Inglaterra enfrentaba severos problemas económicos gracias a los exagerados niveles de gasto del rey, el exorbitante endeudamiento de su gobierno y a los cuantiosos recursos que demandaban las guerras en las que estaban involucrados.

Al borde de la debacle financiera, Enrique VIII emitió un decreto secreto para ordenar la reducción de las cantidades de oro y plata con las que estaban hechas las monedas, todo ello a espaldas de la gente. La intención de esta medida era aumentar los ingresos de la Corona a costa de los contribuyentes produciendo monedas de menor valor.

Con el tiempo y el desgaste, las monedas en circulación fueron perdiendo su recubrimiento de plata y mostrando el metal con el que realmente estaban hechas: el cobre. El engaño era evidente, ya que la protuberante nariz del rey, representado en las monedas, era la primera que mostraba el color cobrizo, con lo que Enrique VIII se ganó el mote de, “viejo nariz de cobre”, (Old Coppernose).

Esta anécdota, que pudiera resultar divertida, en realidad ilustra un terrible fenómeno: el gran incentivo por parte de distintos gobiernos para monopolizar la emisión del dinero para devaluarlo. Los economistas le llaman inflación, que no es otra cosa que la pérdida gradual, y a largo plazo exponencial, del valor adquisitivo de la moneda.

Esta anécdota, que pudiera resultar divertida, en realidad ilustra un terrible fenómeno.

Esta expropiación ilegal de recursos ha ocurrido a través de los siglos y cuando los gobiernos la realizan causan un grave daño a la sociedad, porque:

  1. 1) Afecta siempre más a los más pobres.
  2. 2) Expropia algo sin tener el derecho moral de hacerlo. Es la forma de impuesto más unilateral que existe.
  3. 3) Cuando la inflación se sale de control, la planeación y el desarrollo de los negocios se vuelve casi imposible, ya que el fenómeno inflacionario es compuesto y, por tanto, exponencial en cuanto a esa pérdida de valor.

Hay gobernantes que aún creen que, emitiendo el doble o el triple de moneda, se crea más riqueza. Eso es un engaño que tiene graves consecuencias para la sociedad en su conjunto.

Cuando una moneda tiene valor, quien tiene la capacidad de producirla enfrenta enormes incentivos para crear la mayor cantidad posible y corromper su valor. Esta corrupción fue un factor que influyó en el desplome del Imperio romano y sólo hasta que en Florencia se retomó la emisión honesta de una moneda de oro, se volvió a un periodo de auge en la civilización europea. La historia nos ha enseñado que las sociedades más prósperas son las que tienen una moneda estable.

Muchas veces, los gobiernos olvidan de dónde viene el dinero. Por ello, quiero compartir una interesante reflexión de Pierre Poilievre, integrante del Parlamento canadiense, quien con gran claridad expone este tema. Vale la pena verlo completo.

 


https://www.ricardosalinas.com/

 

Se cuestiona mucho sobre este importante empresario en redes sobre la manera que opera desde hace tiempo ya sea aprovechando los beneficios del gobierno y del mercado ademas del agiotismo significativo de hasta un poco mas del precio del producto en si dentro de sus empresas, por el uso de su crédito; sin embargo deja en claro que también cuenta con su perfil humano y su apertura del conocimiento de su persona, nos permite en este tema tan común que incluso decían en un meme que no habría ningún problema si se hiciera mas dinero de la nada simplemente imprimir pero en si tiene muchas repercusiones al hacer esto ya que el dinero digno bien ganado pierde su valor.

Este tema de la devaluación del dinero va de la mano con la inflación y sobretodo con las medidas populistas para ganar el voto repercute en la mayoría de la sociedad ademas de generar desestabilidad económica y social; como lo indica el video que por cierto muy buena y corta explicación.

  

No hay comentarios: