Receta para el inicio de año
Cuando
se inicia un nuevo año, es natural que en la mayoría de las personas y
de las familias exista un sentimiento de alegría y optimismo. En general
se agradece por los logros y éxitos obtenidos, pero quizás también se
piensa que los asuntos que el año anterior no resultaron tan
favorables, quedaron atrás, y que ahora se presentan nuevas
oportunidades para que las cosas marchen mejor.
En
cierta forma, esta actitud es válida, pero no debe provenir de que solo
se le dé vuelta a una hoja del calendario, sino que debe ser producto
de un proceso donde nos preparemos para asumir los desafíos del nuevo
año de manera realista, planificada y, por supuesto, positiva.
Nunca
se debe de prescindir de una adecuada evaluación de lo vivido, hecho y
experimentado durante el año que termina. Esta es una buena práctica que
sirve como punto de partida para el inicio del nuevo año. Posibilita
tomar conciencia de las cosas buenas que sucedieron y contar con una
dimensión de los logros alcanzados. Pero también ayuda a inventariar lo
que quedó pendiente, lo que no se pudo alcanzar por diversas razones y
circunstancias.
En
cualquier caso, el nuevo año debe asumirse con entusiasmo y
responsabilidad. Una combinación que nos debe llevar a un recorrido
exitoso donde nuevamente se pondrán en perspectiva los propósitos a
realizar, las estrategias para lograrlo y la capacidad para enfrentar
adversidades y obstáculos imprevistos.
Visión, pasión y optimismo, es una buena receta para el inicio de nuevo año.
Visión
Hay un adagio chino que dice que "... mientras hay alguien que apunta hacia el horizonte, existen quienes se quedan observando el dedo...". La visión es esa perspectiva superior, ese estado de cosas al que se quiere llegar, el alcance de objetivos y de una realidad que se observa y se desea con convicción, ilusión y compromiso.
Se
suele decir que hay personas visionarias, que poseen la virtud de
observar panoramas y oportunidades que no todos lograr mirar. Pero la
verdad es que todas las personas tienen la capacidad de construir una
visión de lo que desean para ellas y sus familias, pueden pintar ese
paisaje en el horizonte y definirlo como el lugar al que se quiere
llegar por encima de todo lo que acontezca y de las dificultades que se
presenten.
Una
visión es una ruta trazada para emprender un viaje y un recurrido. Con
visión se sabe dónde se quiere llegar y es la principal fuente de
inspiración para el logro de los objetivos propuestos.
Es
cierto que habrá quienes por distintas perspectivas, no alcanzan a
tener o comprender la perspectiva de quien tiene una visión en su mente y
corazón. Pero lo importante es que se trate de compartir esa visión,
que se logre captar y asumir adecuadamente por parte de los demás. De
esta capacidad para compartir la visión personal o familiar dependerá
muchas veces el éxito o no de lo que se espera alcanzar.
Pasión
Teniendo clara la visión de lo que se espera para el nuevo año, es fundamental nutrir toda actividad, todo comportamiento, toda actitud con una alta dosis de pasión.
La
pasión es esa fuerza interior que empuja hacia el logro de los
objetivos. Es lo que hace vencer el cansancio y el desánimo cuando
aparecen los inconvenientes, es lo que inspira y hace que se disfrute el
trabajo y el recorrido.
Cuando se va con pasión en pos de un resultado, esa energía mueve y contagia. Permite que otros se sumen al propósito y que lo hagan con igual pasión y disfrute. Hace que se venzan los obstáculos y se persevere.
Cuando se va con pasión en pos de un resultado, esa energía mueve y contagia. Permite que otros se sumen al propósito y que lo hagan con igual pasión y disfrute. Hace que se venzan los obstáculos y se persevere.
La
pasión une voluntades, convence por el entusiasmo que inspira y
fortalece el carácter frente a las adversidades. Un torrente de pasión
hace que la visión sea alcanzada. Muchas cosas podrán salir de acuerdo a
lo planificado, pero la pasión hace que éstas se logren con alegría y
disfrute. En el ámbito familiar o en el laboral, las personas
apasionadas marcan la diferencia, son fuentes permanentes de motivación y
liderazgo, son las que llevan la fuerza del entusiasmo siempre.
Optimismo
Independientemente de lo ocurrido el año anterior, el nuevo año debe ser asumido con optimismo.
Optimismo
Independientemente de lo ocurrido el año anterior, el nuevo año debe ser asumido con optimismo.
Siempre
la vida brinda oportunidades para corregir errores, para enderezar
caminos, para resolver lo pendiente, para alcanzar las metas. Lo que
debe privar en toda persona es un espíritu positivo, llenarse de
optimismo para enfrentar los nuevos desafíos.
Las
personas optimistas suelen alcanzar mejor sus propósitos porque se
ocupan mejor de las tareas y responsabilidades, resultan ser más
creativas y resuelven mejor los obstáculos inesperados, dan una mejor
imagen frente a otras personas negativas o pesimistas, son más seguras
de sí mismas, con más confianza y certeza de lo que quieren. El
optimismo abre puertas, el pesimismo las cierra.
Iniciar
el nuevo año con optimismo es celebrar la vida con sus constantes
oportunidades y novedades. El optimismo refleja confianza y seguridad en
sus propias capacidades y posibilidades y, sobre todo, en Dios.
Hay
estudios que han demostrado que las personas optimistas logran superar
mejor las dificultades y culminar más rápido sus proyectos. Los
pesimistas, por el contrario, se anclan a sí mismos a sus temores,
inactividades y limitaciones, conscientes o inconscientes.
Lograr
combinar visión, pasión y optimismo, se constituye en una buena receta
para iniciar el año. Puede generar un efecto determinante y positivo
para el alcance de metas personales, familiares y laborales. Son tres
ingredientes indispensables para un adecuado transitar por la vida.
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Jesús Rosales Valladares estudió Ciencias Políticas en la Universidad
de Costa Rica. Además se ha desarrollado como consejero familiar e
investigador social en temas de políticas públicas y familia por más de
treinta años.
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