Diferencias entre depresión endógena y depresión exógena
¿Tengo depresión reactiva o situacional? ¿O es endógena? Aprende sobre los tipos de depresión, sus causas, síntomas y tratamiento.
Tolstoi decía que todas las familias se parecen, pero las
infelices lo son cada una a su manera. La depresión es una enfermedad que se
manifiesta con tantas pequeñas variaciones en cada persona que, desde un punto
de vista clínico y por lo que sabemos de ella hasta la fecha, se resiste a una
clasificación clara y tajante.
Sin embargo, los médicos han sido capaces de dividir a las personas con depresión en dos grandes grupos distintos, dependiendo de la causa de origen de su enfermedad. Hablamos de la depresión endógena y exógena.
Distintos detonantes
De un día para otro y sin saber por qué, dejaste de sentir placer con tus aficiones, empezaste a sentirte culpable por todo, tu autoestima se desplomó… ¿Fue así en tu caso? La depresión endógena (“creada dentro”) se cree causada por puros cambios fisiológicos en el cerebro, sin que el ambiente juegue un papel relevante. En este subtipo de depresión, los síntomas aparecen “de la nada” y sin un motivo aparente para el paciente. Debido a que son fundamentalmente “biológicas”, las depresiones endógenas suelen ser hereditarias.
Por el contrario, una depresión exógena es detonada por acontecimientos exteriores, como la muerte de un ser querido, un desengaño amoroso, el desempleo... La depresión exógena también recibe el nombre de depresión reactiva o situacional. Los psiquiatras creen que los pacientes con depresión exógena sufren una combinación entre acontecimientos difíciles y cierta predisposición bioquímica, aunque no es por sí sola el desencadenante, como sí ocurre en la depresión endógena.
Diferencia en los síntomas
Los síntomas son muy parecidos en ambas formas de depresión: bajo estado de ánimo, desesperanza, una pobre imagen de uno mismo, irritabilidad, cambios en el sueño, baja energía… pero hay matices.
Debido a que está precipitada por eventos exteriores, los ataques de llanto suelen ser más frecuentes y agudos en las depresiones exógenas. Del mismo modo, síntomas que suelen aparecer siempre en las depresiones endógenas, como los cambios en el sueño o en los hábitos alimenticios, no son tan acusados en las personas con el otro tipo de depresión.
Distinta química
Originalmente, buena parte de las diferencias entre depresión endógena y exógena terminaban aquí, pero a la luz de las últimas investigaciones, los médicos empiezan a sospechar que se alteran circuitos bioquímicos distintos en cada uno de los tipos de depresión.
Mientras que en la depresión exógena lo que se interrumpe el funcionamiento de neurotransmisores serotonina, en la depresión endógena se piensa que el sistema alterado es el de los opioides endógenos: el de moléculas como las endorfinas, que desde nuestro hipotálamo y glándula pituitaria son las encargadas de transmitir las sensaciones de placer.
Mismo tratamiento, pero distinta respuesta
Esta clasificación entre depresión endógena y exógena fue acuñada cuando los psiquiatras pensaban que las depresiones causadas por circunstancias de la vida del paciente debían tratarse con psicoterapia y no fármacos, debido a que eran una “reacción” al ambiente y no un desajuste químico.
Hoy día sabemos que no es así, y que lo ocurre es que los fármacos antagonistas de la recaptación de la serotonina (AIRS) son mucho más eficaces para tratar las depresiones severas (típicamente “endógenas”) que en las leves o moderadas. En la actualidad, los dos tipos de enfermedad se tratan con una combinación de fármacos antidepresivos y terapia psicológica.
La depresión endógena tiende a hacerse crónica con más frecuencia que la exógena. Aunque las situaciones negativas pueden causar recaídas en los pacientes que han sufrido una depresión exógena, estas son más frecuentes en los pacientes que sufren depresión sin causa externa aparente.
Sin embargo, los médicos han sido capaces de dividir a las personas con depresión en dos grandes grupos distintos, dependiendo de la causa de origen de su enfermedad. Hablamos de la depresión endógena y exógena.
Distintos detonantes
De un día para otro y sin saber por qué, dejaste de sentir placer con tus aficiones, empezaste a sentirte culpable por todo, tu autoestima se desplomó… ¿Fue así en tu caso? La depresión endógena (“creada dentro”) se cree causada por puros cambios fisiológicos en el cerebro, sin que el ambiente juegue un papel relevante. En este subtipo de depresión, los síntomas aparecen “de la nada” y sin un motivo aparente para el paciente. Debido a que son fundamentalmente “biológicas”, las depresiones endógenas suelen ser hereditarias.
Por el contrario, una depresión exógena es detonada por acontecimientos exteriores, como la muerte de un ser querido, un desengaño amoroso, el desempleo... La depresión exógena también recibe el nombre de depresión reactiva o situacional. Los psiquiatras creen que los pacientes con depresión exógena sufren una combinación entre acontecimientos difíciles y cierta predisposición bioquímica, aunque no es por sí sola el desencadenante, como sí ocurre en la depresión endógena.
Diferencia en los síntomas
Los síntomas son muy parecidos en ambas formas de depresión: bajo estado de ánimo, desesperanza, una pobre imagen de uno mismo, irritabilidad, cambios en el sueño, baja energía… pero hay matices.
Debido a que está precipitada por eventos exteriores, los ataques de llanto suelen ser más frecuentes y agudos en las depresiones exógenas. Del mismo modo, síntomas que suelen aparecer siempre en las depresiones endógenas, como los cambios en el sueño o en los hábitos alimenticios, no son tan acusados en las personas con el otro tipo de depresión.
Distinta química
Originalmente, buena parte de las diferencias entre depresión endógena y exógena terminaban aquí, pero a la luz de las últimas investigaciones, los médicos empiezan a sospechar que se alteran circuitos bioquímicos distintos en cada uno de los tipos de depresión.
Mientras que en la depresión exógena lo que se interrumpe el funcionamiento de neurotransmisores serotonina, en la depresión endógena se piensa que el sistema alterado es el de los opioides endógenos: el de moléculas como las endorfinas, que desde nuestro hipotálamo y glándula pituitaria son las encargadas de transmitir las sensaciones de placer.
Mismo tratamiento, pero distinta respuesta
Esta clasificación entre depresión endógena y exógena fue acuñada cuando los psiquiatras pensaban que las depresiones causadas por circunstancias de la vida del paciente debían tratarse con psicoterapia y no fármacos, debido a que eran una “reacción” al ambiente y no un desajuste químico.
Hoy día sabemos que no es así, y que lo ocurre es que los fármacos antagonistas de la recaptación de la serotonina (AIRS) son mucho más eficaces para tratar las depresiones severas (típicamente “endógenas”) que en las leves o moderadas. En la actualidad, los dos tipos de enfermedad se tratan con una combinación de fármacos antidepresivos y terapia psicológica.
La depresión endógena tiende a hacerse crónica con más frecuencia que la exógena. Aunque las situaciones negativas pueden causar recaídas en los pacientes que han sufrido una depresión exógena, estas son más frecuentes en los pacientes que sufren depresión sin causa externa aparente.
Última modificación: 25 octubre 2017
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